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Cristina Hernández. D-N

Tratamiento nutricional y alimentario en la hipertensión arterial.


Nunca es tarde para empezar con el cambio. ¡ Más vale prevenir que curar!

La hipertensión arterial (HTA) es una alteración identificada por un incremento crónico de la presión arterial. O dicho de otra manera, es causa de la presión ejerciente de la sangre sobre la pared arterial. Esta presión es imprescindible para garantizar la perfusión de todos los tejidos y asegurar el aporte de oxígeno y de todos los nutrientes.

Los factores nutricionales que se han involucrado con más claridad en el desarrollo de la HTA son el exceso calórico que conduce a sobrepeso u obesidad, la ingesta de sodio y el abuso de alcohol. De modo que en caso de sufrir HTA es recomendable:

-Cocinar con poca sal.

-Reducir el consumo de alcohol (dos dedos de vino tinto en la comida)

-No añadir sal a los alimentos en la mesa y sustituirla por especias.

-No consumir té ni café.

-Comprar alimentos frescos, evitando los precocinados, enlatados y conservantes.

-Evitar caldos concentrados y sopas de sobre, las aceitunas, galletas saladas, pescados en salazón, jamón serrano...

-No tomar agua con gas ni bicarbonato.

A continuación aparece una tabla que recoge los distintos alimentos en función de la cantidad de sodio:

La HTA posee dos características peculiares: por un lado su elevada frecuencia (presente en el 25% de la población adulta hasta los 60 años); por otra, la ausencia de molestias o signos que la hagan evidente. Por ello es muy importante tomar conciencia y prevenirla con hábitos de vida saludable.

Hay que adoptar un plan de vida saludable, incluyendo el abandono del tabaco, la reducción en el nivel de estrés, enfrentarse al sedentarismo realizando actividad física, controlar el peso para evitar la obesidad, reducir el consumo de alcohol, café y té y modificar la dieta.

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